Sí, estaba anunciado de antemano que esta iba a ser la razón principal por la cual ya deberíamos, de una vez por todas, dejar a Los Simpsons en el olvido, como en una especie de complot mundial. Se trata ni más ni menos que de las ideas, el propio génesis de toda la genialidad que alguna vez tuvo el programa. Porque si no fuera por los cientos (estoy adivinando aquí) de escritores que trabajan para Matt Groening, este ranking no tendría lugar, ya que no estaríamos hablando de una gran serie y de su decadencia. Cuando los guiones no son buenos, los programas de TV fracasan y quedan en el olvido, pero para fortuna de Groening y sus asociados esto no fue así, y Los Simpsons tuvieron un éxito sin precedentes. Claro, en parte era el carisma que producían los personajes, casi en su totalidad, lo que causaba el éxito. Pero se debe destacar la calidad que tenían las historias que se contaban, algunas más que otras, y que no abusaban de recursos trilladísimos, como se ve actualmente. Me es difícil hoy en día ver un episodio estreno de la serie con una buena predisposición, ya que cuando hago el esfuerzo de darles una oportunidad, siguen reafirmando la idea de que dan lástima y un poco de asco, por supuesto. ¿Moe siendo jurado de American Idol? ¿En serio? Si, en serio. Sin embargo, lo que más causa extrañamiento no son las pésimas ideas, sino sus derivaciones. A lo que me refiero es que en los nuevos episodios la acción tiene saltos de lo más drásticos y extravagantes. En el capítulo que mencioné recientemente, el de Moe siendo juez de American Idol (¡¡¡les digo que es en serio!!) comienza con un concurso en Springfield que elegiría al "perro más feo". Y si bien es algo positivo que las historias sean algo impredecibles, esto ya es demasiado, porque algo es ser impredecible, pero otra cosa es tirar de los pelos un argumento durante casi media hora. Me cuesta mucho trabajo ver las viejas y gloriosas temporadas y pensar "¿cómo lo hacían?" y después ver una de sus nuevas bazofias y decir "¿en qué están pensando?" Muchos sentimientos encontrados tengo al respecto. Es decir, es natural que después de 12, 13 temporadas, con más de 20 capitulos en cada una de ellas, la calidad empiece a bajar, porque las ideas se van acabando. Pero, ¿realmente hace falta seguir reviviendo los mismos argumentos una y otra vez? ¿Cuántas veces más va a aparecer Bob Patiño para ser derrotado nuevamente? ¿Cuántas veces más va a aparecer Mona, la madre de Homero, que en realidad no estaba muerta, pero que sin embargo se va, nuevamente? Y así con fórmulas que se repiten constantemente. Fórmulas que ya les han sacado todo el jugo hace tiempo y que sin embargo siguen exprimiendo. Podría citar miles de ejemplos, tanto malos como buenos acerca de lo que refiere este texto, pero no hace falta, ya que están a la vista. Si ponen Telefé o Fox en cualquier momento del día están Los Simpsons, tanto los nuevos como los viejos. Y queda en los televidentes darle la espalda finalmente a esta serie, que lamentablemente se sigue ocupando de opacar todo lo bueno que hicieron con la absurda idea de jugar con el nombre solamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aspiradas de melón cristalino