Aquí se presenta nuevamente el Comisario Lobo, después de -exactamente- un mes de lo último escrito. Para aquéllos que creían que había perecido, pues deberían guardar su confeti, aunque no muy lejos ni por mucho tiempo. Si bien en el archivo aún no develado de "Comisario Lobo Dice" hay todavía mucha tela que cortar, preferí no dar a conocerlo por cuestiones de que quizás el blog podría tornarse repetitivo y monótono. Es por esa razón que me he ausentado del teclado por algún tiempo, además de otras cuestiones personales que nada le interesan a nadie. Pensaba que para "revivir" el blog debía escribir algo fantástico salido de la pura inspiración que me provoca sentarme frente al monitor, pero antes de que el tiempo siguiera pasando, sólo voy a exponer las razones de este extenso receso. Por lo pronto, no aseguro que este tipo de hiatos comiencen a ser una moneda corriente. Es más, solamente estoy escribiendo por el hecho de que aguardo con paciencia que un episodio de "Twin Peaks" comience a cargarse, y sé muy bien que podría escribir mucho más mientras esto sucede. De todas maneras, si les dijera que estoy padeciendo un clásico trastorno del tipo de "Síndrome de la hoja en blanco", no estaría errado. Pero los buenos momentos volverán, estoy seguro. Mientras tanto, les ofrezco un comercial de Kinder que estoy seguro disfrutarán de la misma manera que su siempre sincero Comisario Lobo lo hizo.
Que vuelva el Comisario Lobo
